Ya habremos aprendido desde el colegio que la palabra "religión" (aparte de ser sagrada) viene del latín religare y esta, a su vez, puede ser analizada como re-(volver a) y ligare (unirse). Aprendimos entonces que la religión era ese "volver a unirse", "volver a ligar". Con Dios obviamente y en el buen sentido.
Pero un análisis morfólogico distinto nos sugiere que ese re no haría referencia a "volver a" sino a otro re, que viene de res y que significa cosa. Como en "república", cosa o asunto del pueblo. La palabra quedaría como "cosa amarrada" o "cosa amarrante". Ese mismo re puede también resaltar la intensidad. En ese caso, religión se definiría como "atar fuertemente". Interesante.
Me quedo con este último significado, el de "atar fuertemente". Ya he escrito aquí sobre cómo el pensamiento dogmático de la religiones nos castra intelectualmente, nos impide cuestionar lo "incuestionable". En ese sentido nos ata. Nos ata de pies y manos en nuestra búsqueda de la verdad. Recordemos que el Imperio Romano fue famoso por manipular a su población. Panem et Circenses. Cualquier parecido con la religión ha de ser pura coincidencia.
Con esto no quiero decir que sea una y no la otra. Simplemente hay distintos análisis. Obviamente sabemos cuál es el que más le gusta a la Iglesia, el que ha difundido fervientemente y que sería feliz si fuera el único. Podríamos decir que casi lo es.
Si quieres que más personas tengan la posibilidad de tener un idea más amplia del significado de la religión, comparte este post.
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