El pecado mortal de la Fe

A ver, no creo que alguien pueda enumerar todas las críticas a la Iglesia y a su fe, o a la fe en sí misma. Sería un texto larguísimo e intragable hasta para el ateo más entusiasta. Pero escogeré uno y seré breve.

Nadie puede afirmar nada acerca de lo que hay más allá de la muerte. A lo más podremos especular, pero hasta ahí, no más. Para afirmar, hay que tener conocimiento y certeza, y de la muerte nadie tiene certezas, lo que abundan son las incertidumbres y de las que bien se han aprovechado muchos. La gente quiere respuestas, no preguntas. Al no tenerlas nadie, alguien se inventa una buena mentira (buena mentira = mentira creíble) y gana por puesta de mano.

Ahora ahí hay dos faltas. Dos pecados. El primero es venial, el del autoengaño. Tendría que ser muy hipócrita para condenar a quien crea lo que quiera creer. Moralmente no me parece malo. Es solo una persona creyendo contingencias, cosas que tal vez sean ciertas, como también pueda que no, pero uno se enterca en creer que así son. Bueno, como dije, no lo condeno. Lo que sí me parece mal es hacerle creer a las demás personas que las cosas son como uno piensa que son, sabiendo que son contingencias y decirle “esto es la verdad”. Pecado mortal. Tan malo como estafar a alguien con la cascada. Peor diría yo. Porque los bienes materiales van y vienen. El dinero va y viene. El propio descubrimiento de la verdad, el derecho a dudar y a creer, el derecho a saber que es verdad y que no, que se sabe a ciencia cierta y que es contingente, eso es hablar de cosas mayores. Y lo peor de todo es que se les enseña a los niños desde el colegio, entre matemáticas y lenguaje. Nadie pide que se les enseñe ateismo, pero nada más que lo sano, lo justo. Y para quien no le haya quedado claro que estamos proponiendo, lo repito de forma explícita: “Quizás dios exista, quizás no. Quizás habrá cielo, quizás no. Decir que existe es contingente. Decir que no, también lo es. Y enseñarle a los niños que existe y esa es la verdad absoluta, es un atropello a la verdad.”