Hablando en cristiano (o como ellos lo dirían), Dios es el único que puede juzgarnos, es "el Padre que ve en lo secreto" (Mt 6, 18), quien nos conoce mejor que nadie. No le veo el caso a que los hombres se juzguen entre sí. No somos nadie para juzgar a los demás. Ni de "buenos", ni de "malos". Porque uno nunca sabe lo que hay dentro del corazón ajeno.
Más aún, todo Mateo 6 (1-18), dice que los méritos son reconocidos por dios allá en el cielo y que todo aquel que sea alabado en la tierra, ya ha tenido su recompensa. Entonces, ¿para qué tanta canonización? Si fueron virtuosos, Dios les dará lo que merecen. ¿Para qué nosotros, como humanos que no podemos ver lo que hay en el fondo de la persona, juzgamos a un hombre de "Santo"?
Lo digo sabiendo perfectamente lo minuciosos que son (o deberían ser) los procesos de beatificación y canonización. Se investiga a fondo su historia, su vida, pero uno nunca puede saber a ciencia cierta que es lo que motiva a una persona a hacer obras buenas. Fijense nada más en el evangelio citado. Pero repito, la idea central es que ningún ser humano puede juzgar a otro.
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