La educación católica es justamente lo básico para su supervivencia. Todas las montañas de oro del Vaticano nada valen si no tienen creyentes y es por eso que practican esto que muchos han llamado proselitismo. Pero es peor cuando involucra a niños en etapa escolar que están descubriendo cómo es el mundo. A ellos se les enseña, repiten y aprenden. Casi ninguno ha desarrollado un aparato crítico para poder cuestionar lo que aprende.
Acabo de leer una noticia sobre una escuela en Tucumán, Argentina, en la que obligan a los alumnos a rezar y participar en ceremonias religiosas, atentando contra la Ley de la Educación. Para ello han disfrazado el curso de Religión como "Educación Moral". Educación moral, propiamente dicha, sí debe enseñarse, pero lo que en ese curso se hace es rezar y hablar de Jesús. O sea, les llegó la ley, siguen haciendo lo que les viene en gana. Ante el reclamo de una niña agnóstica y su madre (agnóstica también), la profesora mantuvo el siguiente diálogo con su alumna:
"¿Vos de qué religión sos? - Soy atea. ¿Cómo que sos atea? ¡Tenés 12 años! ¡No puede ser que no creas en Dios! Creo en la Pachamama. ¿Y quién es la Pachamama? - Es la madre tierra, la que me da de comer todos los días. Pero en tu casa, ¿tus padres son ateos? - En mi casa, mi papá es católico. Pero él no vive conmigo. Pero vos ¿sos bautizada? Sí. Porque mi papá pidió que me bauticen. Y mi mamá, respetando eso, me bautizó. Entonces vos sos católica. Porque ya tenés la cruz de Cristo en la frente. Si usted la ve a la cruz, bórremela, porque yo no la veo."
Para terminar con la anecdótica noticia, quería comentar que las autoridades, lejos de apoyarlas, han alentado a los directores del colegios a denunciar a esta y otra madre de familia por difamación.
Para terminar con la anecdótica noticia, quería comentar que las autoridades, lejos de apoyarlas, han alentado a los directores del colegios a denunciar a esta y otra madre de familia por difamación.
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